De esta forma inesperada conocí a mi mejor amiga

Imagen iStock

Era principios de abril, mi vida comenzaba a cambiar: me transladaba a otra cuidad, cambiaría todo, dejando mucho atrás. Jamás estuve conforme con el cambio, pero no me quedaba otra opción porque mis papás lo decidieron y así sería. Jamás había vivido fuera de Santiago. Claramente, todo iba a ser muy diferente.

PUBLICIDAD

Era mediados de abril, y ya instalados en Rancagua empezábamos a buscar colegio; para mí no era nada grato empezar a buscar nuevo colegio, menos encima si entraría tarde, pero teníamos que hacerlo sí o sí. Y a dos semanas de terminar ese mes, fue mi primer día de colegio. Mi hermano desgraciadamente quedó en otro, así que más sola estaba. Entré a la sala y el recibimiento no fue muy grato, me miraban raro, y yo a ellos igual. Yo venía de un colegio ubicado en el barrio alto de Santiago, entonces no era mi costumbre relacionarme con gente de distintos contextos sociales. Sin embrago, no me quedaba de otra, ya que estábamos a pasos de mayo y no quedaba ningún colegio particular con cupos.

Así que un particular subvencionado de clase no era tan mala opción. Bueno, así pasé mi primer día, el segundo, el tercero... Yo miraba en menos al principio, sin querer, pero lo hacía, así que imagínense cómo les caía a la mayoría; todos decían: "rusa y de ojos claros es igual a cuica". Entonces así me llamaban: "Caro cuica" Pero no me molestaba mucho, ya que me empezaba a sentir un poco más integrada.

Pasado un tiempo empecé a hacer amigos, a los hombres me los tenía todos "ganados", pero a las mujeres aún no. De a poco, ya pasando mediados de año, tenía mi grupito de amigas: éramos 4 y una de ellas, con la que menos me juntaba, con la que menos hablaba, con la que no me llevaba tan bien  se terminó convirtiendo en mi BF.

Imagen Shutterstock

Ella se llamaba Ángela, no interactuábamos mucho, nada casi, pero algo nos unía en el grupo. Éramos totalmente diferentes; nos vestíamos diferente, hablábamos diferente, reíamos de cosas diferentes, gustos diferentes... ¡TODO! Incluso, le caía mal, me peleaba diciendo que me encontraba muy creída y cuica. ¡Yo jamás lo supe hasta ahora! :) No sé cómo fue que nos fuimos uniendo más, porque en el colegio éramos como simples amigas; pero empezó a ir más a mi casa, hacíamos después los trabajos siempre juntas. Nació una conexión entre nosotras.

PUBLICIDAD

Terminando el año, todos migrábamos a otros colegios, ya que el mío llegaba solo hasta octavo y justo en tal curso estaba. El año terminó, tuvimos las fiestas, la de despedida y la de graduación; y con eso más nos unimos, conocimos nuestros lados ocultos jaja. Pero fue bonito todo lo que no conocía de ella, era claramente todo lo contrario a lo que yo pensaba...

El año acabó y yo pensaba que ya nadie se vería más o que ya no hablaríamos con ninguno del curso. Pero, a principios de enero o incluso días después del término del año escolar, mi amiga me habló y desde ahí me di cuenta que esa amistad no acabaría, a pesar de que al principio no le tenía tanta fe. 

Pero después de tener nuestra primera, y no la última, salida de amigas fuera del colegio o de nuestras casas, me di cuenta que jamás me volvería a separar de ella. Nos fuimos juntas una semana a Pichilemu, fue maravilloso, jamás había ido, y fue genial, súper cool, fue demasiado soñado. Entonces desde ese momento, no hemos dejado de hablar, nos juntamos constantemente, su familia es mi familia y viceversa. Conozco a casi toda su familia y ella igual conoce a casi toda la mía. Es como si fuera mi hermana de verdad, todos sus familiares me quieren y los míos a ella, es genial. Celebramos nuestros cumpleaños como si fueran de nuestros hermanos, y nos llevamos bien con cada hermano de cada una. ¡Todo es perfecto! Siempre quise y siempre soñé con una amiga como la mía, ¡pero jamás pensé que llegaría!

Imagen iStock

Este año cumpliremos 4 años de amistad, y espero que sean eternos, tenemos muchos planes juntas y hasta nos iremos a Santiago a estudiar las dos a la Universidad Católica. Ella arquitecta y yo, doctora. Y por último nos iremos a vivir juntas, cuando nos vayamos para allá. Ya estamos en tercero y falta muy poco para salir del colegio.

PUBLICIDAD

¡Creo que jamás había amado tanto el hecho de haberme venido a vivir a Rancagua! Solo por el hecho de haber conocido a la persona que ha guiado mi camino, con consejos y reproches, con momentos felices y maravillosos, porque jamás he pasado un momento de amargura con ella, ni siquiera cuando tenemos nuestras peleas. Hemos pasado de todo, ¡pero lo que es todo! 

Y creo que jamás, jamás volveremos a ser desconocidas, sino que moriremos juntas. ¡La amo! No es solo mi mejor amiga, sino, que es mi hermana!!

Esta es la historia que Carolina Corvalán, desde Chile, nos compartió en iMujer. ¡Tú también puedes enviarnos la tuya! Porque toda mujer tiene alguna experiencia para contar y compartir con otras mujeres, este es tu lugar para expresarte: comparte tus experiencias con nosotras en iMujer.
Relacionados: