5 situaciones que conoces muy bien si eres torpe

La torpeza extrema es una sombra oscura que se cierne sobre determinadas personas y amenaza con manifestarse día sí y día también.

Las pobres personas torpes, sin pretenderlo, se pueden llegar a ver inmersas en situaciones que van desde lo cómico hasta lo grotesco y lo peor es que estos casos suelen desembocar en las risas a carcajadas de cualquiera que esté cerca del torpe en cuestión en ese momento.

Romper cosas, caerse, comentarios fuera de lugar... la torpeza se puede manifestar de diversas formas y lo que todas esas situaciones suelen tener en común es la incomodidad y el bochorno de la persona que, en realidad, nunca pidió ser maldecida con la torpeza.

Estas son algunas de las situaciones que se dan en la vida de una persona torpe. Esperamos que puedan acercarte un poco más a ellos y comprenderlos o, si tienes la desgracia de sentirte identificado con ellas, te enviamos todo nuestro apoyo... y discúlpanos cuando no podamos contener la risa, es con cariño.

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1. Mi detergente no lo cambio

Y es que si hay posibilidad de mancharse o derramar algo sobre ti o sobre otras personas o enseres lo harás, por difícil que parezca. Esto te lleva a elevar tus conocimientos sobre quitamanchas y productos de limpieza y ciertamente, más te vale, puesto que dada tu torpeza podrías terminar la gracia destiñendo con un producto inadecuado la camisa de la persona a la que ya le habías derramado encima el café.

2. Dejen que los niños se alejen de mí

Tu entorno ya conoce tus torpezas así que el mejor enfoque que le puedes dar es que esto te hará librarte de cuidar a los niños de otros. Cuando tu sobrino se cayó al suelo desde tus brazos jugando al caballito, cuando el hijo de tu amigo rodó por las escaleras o cuando tú mismo te tropezaste con tu ahijado y caíste de boca en el suelo, son motivos más que suficientes para que nadie te comprometa, así que tienes más tiempo para otras cosas.

3. ¿Que quieres copa y un baile? ¿Y por qué no vamos mejor al cine?

La combinación de un par de copas y bailar en algún bar de moda que aparentemente parece una idea sugerente y divertida, es en realidad un arma de doble filo para las personas torpes. Si bien un simple baile puede suponer acabar tirado en el suelo, acompañarlo con el alcohol puede acrecentar la torpeza considerablemente y acabar arollando a alguien como mínimo.

Como la desdichada persona torpe no puede evitarlo, buscará sin pensarlo alternativas más calmadas o se resignará a ser el centro de atención y no por bailar bien.

4. Miedo a los resbaladizos

¿Conoces bien esa sensación, verdad? Da igual que sepas patinar o que tus botas tengan buena suela con agarre para caminar. Sabes que tu torpeza tompe las barreras de la ciencia y la lógica así que has acabado resignándote a la caída y la esperas con temor.

Esa situación de miedo se repetirá en pistas de patinaje, boleras, calles mojadas, después de una nevada e incluso, lo que es peor, sin ninguno de estos agentes presente. Intenta al menos no arrastrar a nadie en tu caída puesto que ésta va a ser inevitable.

5. La ilógica de a mayor cuidado, mayor catástrofe

¿Cómo es posible que cuanto más empeño pones en que algo no se rompa o se estropee, antes se haga añicos? Es curioso pero el propio cuidado extremo por temor a nuestra torpeza innata, nos crea un particular estado de nervios que acaba desembocando en que lo que intentamos cuidar tenga el peor fin posible.

Así que junto a un torpe, las vajillas nunca estarán completas, siempre habrá cristarles que sustituir y alguna cosa arderá ocasionalmente. Hay que hacerse a la idea.

Resumiendo, comprende a los desdichados torpes, no montes en cólera ante sus destrozos y accidentes y recuerda que no eligieron ser así. Hazles saber que no hay nada que no se pueda reparar y bríndales tu mejor sonrisa cuando algo salte en pedazos a su alrededor. Y eso sí, si consigues ese estado de calma, cuéntanos el secreto para no perder los nervios y acabar a gritos con él.

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