Cualquiera que haya tenido contacto con la meditación, sabe que es un potente relajante. El proceso y el fin son la calma y bienestar de tu ser y al contrario de lo que muchos piensan, no necesitas un entorno idílico de inciensos, sonidos de cuencos tibetanos, agua fluyendo y estar en posición de loto para poder practicarlo.
Conoce estos sencillos ejercicios de meditación para desestresarte en cualquier lugar en tu día a día

Un modo más sencillo
Existen sencillos ejercicios de meditación que puedes practicar en tu día a día incluso en los sitios más bulliciosos que, en cualquier caso, te ayudarán a despejarte del estrés y a sentirte cómodo donde te encuentres. Y de paso tendrás la sensación de estar aprovechando tramos de tiempo perdido como podría ser aguardar tu turno en una sala de espera o viajar en transporte público.
Lejos de tecnicismos y estados extremos de nirvana y recogimientos místicos, vamos a quedarnos con la base real de la meditación: despejar la mente. Para ello existen sencillos ejercicios que puedes poner en práctica sin necesidad de nada más que tu cuerpo.
Acepta los sonidos
¿Vas en autobús o tren? ¿Te duele la cabeza y hay un ruido atroz? Este es el ejercicio: cierra los ojos e imagínate dentro de una burbuja. Oyes todo pero nada puede penetrar dentro de ese campo que te rodea. Aceptas los sonidos pero dentro de tu burbuja hay calma. Por tanto los sonidos y voces se deslizan alrededor de ti pero ninguno te afecta porque no entran. Cuanto más claro lo visualices mayor será el efecto hasta que llegues a abstraerte por completo.
Fuera de la burbuja quedan sonidos y pensamientos, dentro de la burbuja no hay nada, solo tú. Anímate a intentarlo, lo perfeccionarás con la práctica y entretanto, la concentración para hacerlo te hará no pensar y no escuchar.
¿Problemas para dormir?
El sueño llega cuando la mente no tiene pensamientos. El estar dando mil vueltas a la cabeza está demostrado que es la forma más fácil de provocarte imsomnio. Por tanto acostado y en la calma de tu dormitorio debes centrarte en tu respiración.
Esta es una base de la meditación que para estos casos viene genial porque ayuda a liberar la mente de los pensamientos. Centra toda tu atención en tu respiración, respira profunda y regularmente oxigenando tu sangre y tu cuerpo. Obsevando como suena, como el aire entra por tus pulmones y te llena de vida. Cuanto más escuches tu respiración menos escucharás lo demás y te dormirás plácidamente.
Empieza con estos ejercicios y acostumbrarás tu mente a quedarse en blanco. Poco a poco lo conseguirás y no son pocos los beneficios y la paz que da despejar la mente.
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