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Criticas de Cine

Una de las mejores películas del año es una serie de televisión

Publicado 6 Dic 2017 – 03:56 PM EST | Actualizado 24 Mar 2018 – 07:24 AM EDT
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Llegó diciembre y con él esa saludable tradición de las listas de lo mejor del año, que siempre dan que hablar y que, si hablamos de cine, suelen generan inevitables reacciones del tipo «¡falta esta película que a mí me pareció genial!» o «¡si incluyeron esta que es malísima no tienen ninguna credibilidad para mí!», etcétera.

La de diseñar la lista de las mejores películas del año es una práctica que se ha extendido notoriamente con internet, pero que prestigiosas publicaciones también vienen realizando desde hace mucho tiempo. Dos de esas prestigiosas publicaciones son la revista británica Sight & Sound, perteneciente al British Film Institute, y la legendaria revista francesa Cahiers du Cinéma, que acaban de publicar su selección de las mejores películas de 2017.

Además de difundir sus respectivas listas casi simultáneamente, las dos comparten una curiosa decisión editorial que ha llevado mucho más lejos el debate sobre si tal o cual película merece un lugar en la lista o si tal otra ha sido ignorada.

Este es el top 10 de mejores películas del 2017 de Sight & Sound, una lista confeccionada a partir de la opinión de más de 180 críticos, académicos y profesionales del cine de todo el mundo ( la lista completa incluye 25 películas):

  1. Get Out, de Jordan Peele
  2. Twin Peaks: The Return, de Mark Frost y David Lynch
  3. Call Me By Your Name, de Luca Guadagnino
  4. Zama, de Lucrecia Martel
  5. Western, de Valeska Grisebach
  6. Faces Places, de Agnes Varda y JR
  7. Good Time, de Ben y Josh Safdie
  8. Loveless, de Andrey Zvyagintsev
  9. Dunkirk, de Christopher Nolan
  10. The Florida Project, de Sean Baker

Y estas son las 10 mejores películas de 2017 para el equipo editorial de Cahiers du cinéma:

  1. Twin Peaks: The Return, de David Lynch
  2. Jeanette, de Bruno Dumont
  3. Certain Women, de Kelly Reichardt
  4. Get Out, de Jordan Peele
  5. The Day After, de Hong Sang-soo
  6. Lover For a Day, de Philippe Garrel
  7. Good Time, de Josh y Benny Safdie
  8. Split, de M. Night Shyamalan
  9. Billy Lynn’s Long Halftime Walk, de Ang Lee

Ambas listas incluyen las películas Get Out y Good Time, pero también la serie Twin Peaks, que Cahiers du cinéma ubica en el primer lugar y Sight & Sound en el segundo.

Una de las mejores películas del año es una serie de televisión.

¿Cómo puede ser?

Supongamos que tenemos que personificar a la crítica de cine. Englobar toda esta comunidad, especialmente la crítica europea de revistas influyentes y pioneras, en un solo personaje caricaturesco y estereotípico.

No dudaríamos en definirla como un señor de mediana edad, muy confiado y seguro de sus opiniones, a las que ama más que a cualquier otra cosa, pero además definitivamente snob, elitista y bastante conservador en lo que tiene que ver con los cánones del arte.

Un poco como el personaje de la sitcom estadounidense The Critic.

Este señor tiene dificultades para aceptar que la TV es algo diferente del cine, sobre todo esa prestigiosa televisión que se ha visto en los últimos años, revolucionaria desde el punto de vista formal y narrativo, que ha ganado terreno y audiencia mientras la industria cinematográfica parece cada vez más estancada e inexistente en términos de impacto cultural, más allá de los grandes blockbusters que no son más que liviano entretenimiento y que, de todas maneras, este crítico imaginado desprecia.

Desde hace un buen tiempo se ha explicado esta evolución de la TV diciendo que se ha vuelto «más cinematográfica», un argumento que sugiere que el cine es la única forma de arte verdaderamente respetable y que cualquier otro formato sólo puede serlo si lo imita o iguala, si se aproxima a sus formas.

HBO fue la pionera de esta revolución creativa en la TV, con series como Los Soprano, The Wire o Deadwood, y su propio eslogan era «No es televisión». Según esta noción la televisión es por definición un formato menor. Si alcanza la grandeza es por haber adquirido una cualidad cinematográfica.

Es una especie de cinecentrismo. Y es una noción conservadora.

Twin Peaks: The Return, la continuación de la serie que David Lynch y Mark Frost habían creado en los 90, se emitió originalmente por el canal de cable Showtime en los Estados Unidos, a razón de un capítulo por semana, durante 18 semanas, de modo que no hay modo de no considerarla una serie de televisión.

Pero la crítica, o mejor dicho este crítico imaginario, que confeccionó las listas de Sight & Sound y Cahiers du cinéma, no quiso aceptar que David Lynch, uno de los directores más aclamados y admirados, no pertenezca ya a esa forma de arte por excelencia que es el cine, se haya salido del círculo.

Ante esto, en lugar de razonar que ahora la televisión es un formato que atrae el talento de Lynch y hace posible memorables obras de arte como Twin Peaks: The Return, el crítico decidió llamarle cine.

Cuenta con la aprobación, desde luego, de David Lynch, un director surgido y formado en esos mismos cánones del crítico, que aseguró que su serie era una película de 18 horas. La lógica es la misma que decir que todas las películas son series de un solo capítulo de dos horas.

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