Swiss Army Man: la escatológica película de Daniel Radcliffe que hizo al público huir del cine

El Festival de Sundance es el más grande y prestigioso en lo que refiere al cine independiente, y es reconocido por incluir siempre nuevos directores y varias películas que, al no tener que enmarcarse necesariamente en las reglas más convencionales del cine comercial, se permiten un riesgo mayor y cierto grado de experimentación.

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Esto puede dar como resultado un inesperado éxito y el salto a la popularidad de un director particularmente talentoso (Kevin Smith, Robert Rodríguez, Quentin Tarantino, Darren Aronofsky, James Wan y Jim Jarmusch son algunos de los directores que se dieron a conocer en Sundance), pero también películas extrañas y singulares que dividen la reacción del público y la crítica.

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Este es el caso de Swiss Army Man, una película protagonizada por Daniel Radcliffe y Paul Dano, que según se ha informado ha hecho que gran parte del público abandone la sala durante su proyección en el Festival de Sundance.

La película es dirigida por la dupla de Dan Kwan y Daniel Scheinert, y es su largometraje debut, ya que antes sólo habían dirigido cortos y videos musicales.

Así se describe la premisa de Swiss Army Man:

“Hank, un hombre abandonado en una isla, encuentra un cadáver que ha flotado hasta la costa y lo utiliza para llegar a tierra firme. Pero resulta que el cadáver no estaba completamente inerte, y Hank se hará su amigo y le enseñará nuevamente todo lo que tiene que saber sobre el mundo”

Paul Dano interpreta a Hank. Daniel Radcliffe al cadáver.

Y aquí está la cuestión. El cadáver se caracteriza por una única manifestación sonora y física: tirarse pedos.

Este es el sonido que domina toda la película, el de las constantes flatulencias del cadáver, que son las culpables de que gran parte del público abandonara la sala con incomodidad o asco.

Pero el asunto no termina allí. La película comienza a desarrollar un tono fantástico y absurdo, y las flatulencias del cadáver de Daniel Radcliffe serán algo así como pedos mágicos. Es gracias a ellos que en cierto modo el cadáver cobra vida y puede entablar una conversación con Hank, quien además en cierto momento de la película utiliza el cadáver como si fuera un jet ski, impulsado por el ruido y el viento de los gases desalojados del cuerpo.

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Por si esto fuera poco, Hank y el cadáver discuten sobre varios asuntos, entre ellos la masturbación, la soledad y el sentido de la vida, y un gag recurrente en la película es que el cadáver tenga una erección.

Daniel Radcliffe, quien sin dudas busca distanciarse del papel del mago Harry Potter que lo hizo famoso, dijo que la posibilidad de hacer este papel era “demasiado divertida como para dejarla pasar”. Y agregó:

“Es excitante, para ser sincero, usar pedos en lugar de comedia, es decir usarlos como parte de la trama y como disparadores de emociones, mientras haces que la gente se sienta súper incómoda. Hay algo maravilloso en eso”

Pero a pesar de la incomodidad y de que muchos abandonaron la sala, no todas las recepciones fueron negativas.

Un crítico de The Hollywood Reporter escribió: “Hay que darle el crédito a los directores y a los dos actores protagonistas por hacer que, algo que suena como una extensa acumulación de gags físicos y humorísticos extremadamente infantiles, se convierta en algo extrañamente poético y misteriosamente emotivo”.

Si Swiss Army Man finalmente llega a los cines, habrá que ir a verla para comprobar por uno mismo si es realmente como dice este crítico, o si no es más que mucho ruido y pocas nueces.

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