En Avatar: la leyenda de Aang se destaca la importancia del equilibrio entre el mundo de los espíritus y el mundo físico.
La mayor mentira de Iroh en 'Avatar' nos hizo amarlo más: engañó a todos por años
Durante su viaje, Aang y sus amigos se encuentran con varias situaciones en donde la guerra afectó o casi eliminó ese equilibrio, sin embargo, algunos espíritus y personas intentan que no se pierda para siempre.
Iroh era un poderoso y temido general de la Nación del Fuego que mantuvo sitiada a la ciudad de Ba Sing Se durante 600 días hasta que su hijo, Lu Ten, murió en batalla.
Debido a ese trágico suceso en su vida y al agotamiento de sus tropas, Iroh se rindió en su intento por tomar la capital del Reino Tierra, y se retiró.
La pérdida de su hijo lo marcó para siempre, ya que decidió buscar un camino más espiritual, pero eso no quiere decir que desde su juventud no era una persona amable.
En los viajes de entrenamiento de Iroh, se encontró con los Guerreros del Sol, quienes lo llevaron a conocer a los dragones, los maestros fuego originales.
Ahí aprendió que la verdadera naturaleza del fuego control no estaba en la ira, y que durante mucho tiempo su nación había causado un enorme desequilibrio en el mundo.
Cuando regresó a la Nación del Fuego, les dijo a su padre Azulon y al resto de su familia que había matado al último dragón. Ese feroz y heroico acto lo llevó a recibir el nombre de Dragón del Oeste y una gran fama entre los maestros fuego.
Pero, como años después descubrieron Aang y Zuko, Iroh mintió, y ocultó a todo el mundo la existencia de los dos dragones. Ran y Shaw.
Iroh decidió ocultar que los dragones seguían vivos no por cobardía o debilidad, sino para proteger a esas magníficas criaturas y a los Guerreros del Sol.
El Dragón del Oeste sabía que si revelaba la existencia de Ran y Shaw, además de la tribu de maestros fuego originales, su padre enviaría a su ejército para tomar la ciudad y matar a los dragones.
Iroh sabía de primera mano la destrucción que su país podía provocar, además de que como miembro de la familia real también era consciente de la verdadera forma en la que desaparecieron los maestros aire, y no quería que los Guerreros del Sol sufrieran el mismo destino.
El príncipe Iroh decidió tomar una fachada de guerrero violento con el fin de proteger su mentira y a su vez a los dragones
Para Iroh, tanto los dragones como los Guerreros del Sol eran una parte vital en el equilibrio, y por lo tanto el mundo no podía darse el lujo de perderlos.
Esa mentira confirma que el corazón de Iroh era puro y sincero, y gracias a su sabiduría, tanto su sobrino Zuko como el Avatar, descubrieron la verdadera naturaleza del fuego control años después, y eventualmente ambos regresaron el equilibrio al mundo.
Su bondad, en este y otros momentos, lo hicieron merecedor a la oportunidad de vivir en el mundo de los espíritus cuando su vida en el mundo físico terminó, un honor que ningún otro humano ha merecido.
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