Godzilla: el resurgimiento del romance con los monstruos japoneses [Crítica]

A partir de Pacific Rim se despertó un género que se consideraba olvidado. La película de Godzilla de 1998 hizo que la industria cinematográfica olvidara a este monstruo japonés gigantesco destruye ciudades y los Kaijus pasaron a segundo plano.

Pero la nueva entrega de Godzilla ha logrado hacer lo inesperado con una película que te hace sentir como un niño, combinando detalles clásicos de las películas originales y un toque moderno y destructivo que nos traen peleas de monstruos radioactivos gigantes en medio de la ciudad.

[Alerta de Spoilers]

Actores poco memorables

Desafortunadamente la película cuenta con muy poco de parte de los actores, incluso cuando se pensaba que Bryan Cranston jugaría un papel muy importante en ella. La primera parte de la película se centra en Joe Brody ( Bryan Cranston) y su hijo ( Aaron Taylor-Johnson), sobre todo en el intento de Joe por de descubrir una serie de eventos catastróficos que mataron a su esposa en la planta nuclear de Janjira (posible referencia a los eventos en Fukushima).

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Se pasa una buena cantidad de tiempo de la película esperando lo que todos querían: peleas de Kaijus. Pero esto tarda lo suficiente como para querer gritar "por favor peleen ya!". Todo esto mejora cuando las escenas de destrucción aumentan y aumentan, se revela la existencia de dos Kaijus muy parecidos a Mothra (aunque nunca se menciona el nombre, en cambio se les llama MUTO, por Massive Unidentified Terrestrial Organism) que se alimentan de radiación, y todos empiezan a correr huyendo del paso de la pelea.

Godzilla es lo que es

A diferencia de las películas de Godzilla originales, los eventos no se desarrollan en una ciudad japonesa importante, en cambio, suceden en Estados Unidos, siendo Las Vegas y San Francisco los dos puntos importantes en la película.

Por suerte esta película no fue la decepción que fue Pacific Rim con personajes clichés y argumentos de ciencia ficción sin fundamentos, Godzilla no intenta ser algo que no es. Los argumentos acerca de la radiación y los terremotos no son completamente desarrollados, pero ayudan a que la historia y el origen de los Kaijus se entiendan de forma lógica.

Los MUTO son extremadamente destructivos y difíciles de matar, lo que ayuda en la calidad de las peleas y la acción en la segunda parte de la película. Uno de ellos puede volar y el otro, siendo aún más grande, carga con una bolsa repleta de pequeñas crías.

Godzilla no tiene la intención de mostrar una obra de arte profunda y compleja, ya que esta serie de películas siempre han sido del tipo "destrucción y poca historia". La buena calificación se la lleva por haber logrado ese cometido y traer de vuelta la definición de Gojira a la pantalla grande.

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Puntos extras por haber usado una forma de Godzilla más parecida a la original y no un Tiranosaurio Rex como en la versión de 1998, además de su rugido peculiar e inolvidable.