The Amazing Spiderman 2 es una película entretenida y presenta algunos momentos verdaderamente bellos, en cuanto a la estética que se espera de un film de superhéroes en pleno siglo XXI. Por poner un ejemplo, los efectos en 3D generan el ambiente propicio como para no perderse de ver la película en sala de cine ya que seguramente no causará el mismo impacto en tú pequeño home theater, sin ofender.
El asombroso placer de ir al cine [Crítica The Amazing Spiderman 2]

Sin embargo, no todo es color araña en este nuevo largometraje de Marc Webb, algunos de los aspectos pilares de la película dejaron una sensación pobre, sobre todo lo referido al papel de Andrew Garfield como el Hombre Araña, o mejor dicho, al la interpretación de Garfield como Peter Parker.
En concordancia con los nuevos tiempos que corren, les presentamos nuestro análisis en 3D...
El legado de Matrix
Quién iba a decir que 15 años después, Matrix iba a continuar siendo una influencia para el género de ciencia ficción en lo que se refiere a efectos especiales. En aquel tiempo, John Gaeta revolucionó a la industria con el aporte de la técnica del bullet time perfeccionada. Este efecto visual, que permite distorsionar la percepción del tiempo en el espectador gracias a un slow motion en formato de hipérbole, marcó un antes y un después en las secuencias de acción dentro del género.
Su legado continúa vigente en esta nueva película de Spiderman, quizás uno de los pocos films donde el efecto 3D cobra el protagonismo, que en otros largometrajes queda abandonado a lo accesorio. Muchas de las secuencias del Amistoso Vecino combatiendo o viajando por Manhattan hacen que el precio extra que uno paga por acceder a un visionado en esta tecnología valga la pena.
De todas formas, The Amazing Spiderman 2 no descansa únicamente en secuencias de acción, sino que se permite el lujo de ahondar en cuestiones periféricas, para quien no está familiarizado con las historias originales de Stan Lee y John Romita, pero esperables a los ojos de un seguidor del cómic. En efecto, lo que diferenció a Spiderman de otros superhéroes en los '60 fue su lado más humano, totalmente vulnerable a los vericuetos de la vida como la concebimos los simples mortales. Quien haya pensado que este film ahondó demasiado en el drama y la vida amorosa de Peter Parker es porque quizás desconozca qué es lo que hizo a Spiderman un héroe tan identificable con la audiencia.

Andrew Garfield no es Asombroso
El problema en todo caso pasa por la elección de Andrew Garfield como Peter Parker, una polémica que divide las aguas entre los fanáticos y que seguramente no exista una única verdad al respecto. Sin embargo, este nuevo Peter Parker poco se parece al torpe personaje que supo protagonizar los primeros tebeos del Hombre Araña, algo que quizás solo fastidié al seguidor del cómic, pero el problema va más allá.
Andrew Garfield no es Tobey Maguire, lejos está de poder hacer creíble esa actuación de torpe que Maguire dominaba a la perfección. En lugar de eso, quedan momentos forzados y sobreactuados, como el tic de tartamudeo que el actor ha incorporado en pos de disimular sus falencias para llevar adelante el papel.
Esta es quizás la mayor mancha negra del film. Por lo demás, se trata de una buena película para pasar el rato, tiene todos los elementos que caracterizan los largometrajes de Marvel, aún en su versión Sony Pictures. Llama la atención como, al igual que en el Universo montado por Disney, las referencias a la secuela están omnipresentes en todo el film: Felicia Hardy, Alistair Smythe, Mr. Fear, etc.
Parece que la fórmula de Disney ha dado tan buen resultado que el resto de los estudios está emulando sus pasos.
Puntaje: 6/10









