Muchas personas quizás crean que cuando se habla de “cine independiente” solamente se trata de películas dramáticas sobre gente enferma o con dudas sobre su sexualidad… Siendo justos, hay muchas películas independientes de esa clase, pero también es cierto que el cine independiente es además otra cosa; son esas películas producidas con bajos presupuestos y la mayoría de las veces sobre gente común.
5 cosas que siempre vas a ver en una película independiente

Hay casos de películas de este tipo de diversos géneros cinematográficos. La ciencia ficción independiente nos regala historias muy originales y extrañas que pueden volverse de culto o convertirse en reconocidas franquicias, como fue el caso de The Evil Dead (1981), The Terminator (1984) o El Mariachi (1992). Por lo que, como pueden ver, el cine independiente no solo es drama, sino un estilo, y como tal, tiene elementos que suelen repetirse, sin importar de qué género sea su película.
A continuación te presentamos 5 cosas que siempre vas a ver en una película independiente.

El Mariachi (1992) de Robert Rodriguez
1. Actores poco conocidos
Posiblemente es lo primero que se nota. Los actores desconocidos a veces generan una sensación de rechazo en algunos espectadores, esto ocurre por una (a veces) muy notoria falta de talento o experiencia; y otras veces por la apariencia estándar o poco llamativa de dichos actores o actrices. Por supuesto hay casos de películas independientes con estrellas famosas, pero rara vez ocupan el total del reparto o un papel principal, quedando en un secundario “llamativo”, que suele atraer al público.
The Squid and the Whale (2005) de Noah Baumbach
2. Problemas existenciales
Si bien no todas las películas independientes son de género dramático (hay también de terror, ciencia ficción, comedia, etc.) lo que siempre se repite en sus guiones es presentar a los personajes como sujetos inseguros, depresivos, que tienen algún defecto, enfermedad, vicio, o que están atravesando alguna clase de trauma o crisis personal (pérdida del trabajo, una muerte, etc.); algunas veces este conflicto interno se resuelve, otras veces no, pero siempre está presente como elemento estructural del personaje.

Napoleon Dynamite (2004) de Jared Hess
3. Soluciones creativas
Las producciones independientes están mucho más limitadas en tiempo, dinero, equipos, lugares, etc.; por ello generalmente (y si se da la situación por su historia) no tienen grandes efectos especiales o su calidad visual puede ser inferior, pero eso fuerza a los guionistas y directores a improvisar y ponerse creativos, solucionando o sustituyendo ciertas cosas demasiado complejas o costosas, con diálogos internos, elementos cotidianos, ausencias, silencios o movimientos de cámara o encuadres poco comunes.
Elephant (2003) de Gus Van Sant
4. Experimentación
La películas independientes suelen ser “cine de autor” (escritas y dirigidas por una misma persona), esto le quita al realizador la presión y limitaciones que puede esgrimir una productora (en cuanto a duración o temática del film). A su vez, eso le permite al director experimentar, filmar de la manera que él o ella quiere, usando la estética que quiera y contando la historia de la forma y desde el enfoque que mejor le parezca. Algunas veces el resultado no recibe aplausos, pero es algo que vale la pena ver (aunque sea una vez).

Thirteen (2003) de Catherine Hardwicke
5. Finales atípicos
Los finales de una película independiente pueden distar bastante de lo que se ve en un film de Disney; el cierre de estas películas no necesariamente es siempre triste o trágico (aunque hay muchos ejemplos de ello), a veces puede ser abrupto, dejando al espectador sorprendido; abierto, para que el espectador saque sus propias conclusiones; metafórico, transmitiendo una sensación poco clara y, a veces intencionalmente molesta, para generar malestar. El cine es un arte, por ello busca producir una reacción emotiva.
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