Les dicen “dientes de dragón”, y es cierto que ello les da un toque más místico, pero para entendernos todos, mejor nombrarlos con su nombre más tradicional: “brotes de soja”.
¡Que brote la soja!

Para hablar de manera lisa y sencilla, digamos qué son, ya que no todos tenemos por qué saberlo.
Algunos incluso le hemos comido sin saber qué es. Los brotes de soja son los talluelos, y las raíces tiernas de soja.
Quizás al decir que son tallos y raíces, suenan poco apetitosos, pero la verdad es que estan buenísimos (al menos a mi me encantan). Además de ricos, son muy saludables: poseen un alto contenido proteíco y muy bajo contendido calórico, lo cual los hace ideales para aquellos en búsqueda de adelgazar.
Nosostros recién estamos aprendiendo a utilizarlos y agregarlos a nuestras comidas, pero los que la tienen super clara con los brotes de soja, son los orientales, que los usan en sus comidas de miles de formas: combinados con carnes, remplazando carbohidratos con almidón, preparados salteados, hervidos o al vapor, crudos o ligeramente cocinados, crujientes o blanditos, etc…
Ahora… vale la pena que aprendamos a adaptarlos a nuestra dieta, porque los brotes son una bomba nutricional. En su valor nutritivo se parecen a las frutas y verduras, porque tiene gran cantidad de vitaminas –especialmente A, B, C, E y K-, minerales, enzimas y clorofila. También viene bien su contenido en azúcares simples, que aportan energía y se asimilan fácilmente; su contenido de aminoácidos y hierro asimilable.
Todo ello los hace ideales para estimular los procesos digestivos por lo cual, se recomienda su uso a aquellos que padecen anemia, estómagos delicados, o aquellos que por alguna razón no pueden comer legumbres cocinadas, pero sí sus germinados.
Via | alimentación-sana







