El té Oolong es un té muy especial. Un té verde semi-fermentado con un proceso muy singular de elaboración. A diferencia del té negro, la fermentación del oolong no alcanza el 75%.
Para su elaboración (según teapot ) se recolectan hojas jóvenes y se procesan inmediatamente. Primero se marchitan con la luz del sol, después se agitan en cestas de bambú (para romper un poco los bordes de las hojas), luego se agitan y se ponen a secar, hasta que la superficie de la hoja quede amarillenta.
Al reaccionar las sustancias químicas con el oxígeno, los bordes de las hojas se vuelven rojizos. Este período de fermentación u oxidación se detiene mediante la desecación. Los Oolongs siempre son tés de hoja entera, con una enorme variedad de sabores, fragancias y colores.
Gracias a ese proceso de elaboración, el oolong logra todas las propiedades que lo caracterizan. Propiedades maravillosas. Ya que el té combina en sí mismo, todos los beneficios de té verde y el té rojo a la vez.
El te oolong tiene poder antioxidante, aumenta las defensas inmunitarias, previene el cáncer, favorece los pulmones, es hipoglicemiante (reduce el azúcar en la sangre), reduce la presión arterial, regula el colesterol, es rejuvenecedor en general, equilibra el peso corporal, es extra efectivo contra las grasas, calma la sed y combate los efectos de las bebidas alcohólicas entre otras cosas.
En definitiva… una maravilla ¿no?