La delgada línea entre política y negocios, la marca de Ivanka Trump prospera en China

A la empresa de Ivanka Trump le llegaron buenas noticias desde Asia: obtuvo la aprobación provisional del gobierno de China para tres nuevas marcas, obteniendo así acceso a desarrollar un monopolio de venta de joyas, carteras y servicios de spa en el gigante asiático, la segunda economía del mundo.

Lo llamativo de la noticia es el momento en que llegó, el 6 de abril, el mismo día en que Ivanka y su esposo, Jared Kushner -quien también es asesor de la Casa Blanca- compartieron junto a otros miembros de la familia una cena con el presidente de China y su esposa en el club Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida, la propiedad que Donald Trump llama la Casa Blanca de Invierno.

Ivanka se mostró "orgullosa" en aquella jornada por la actuación de sus hijos Arabella y Joseph frente a Xi Jinping y su esposa, momento que, según reportes, fue 'celebrado' por medios de comunicación estatales chinos.

"¡Muy orgullosa de Arabella y Joseph por su actuación en honor al presidente Xi Jinping y madame Peng Liyuan en su visita oficial a Estados Unidos!", tuiteó en aqueñña oportunidad la hija del presidente.

Delgada línea ética

Según reportó la agencia AP, además de obtener las aprobaciones de China, Ivanka Trump Marks LLC, nombre comercial de la compañía, solicitó permisos para al menos nueve nuevas marcas en Filipinas, Puerto Rico, Canadá y Estados Unidos después de las elecciones presidenciales de EEUU en noviembre de 2016.

En la misma semana de la reunión entre Trump y el mandatario chino, 3.4 toneladas de bolsos de marca Ivanka Trump, carteras y blusas llegaron a Estados Unidos desde Hong Kong y Shanghai, reportó AP.

Estos vínculos entre intereses empresariales y el poder político en la Casa Blanca preocupa a varios observadores por la delgada línea que los separa de la ética.

El conflicto de intereses surge porque las normas éticas prohíben a funcionarios federales participar en asuntos de gobierno que puedan afectar sus propios intereses financieros o los de sus cónyuges.

Algunos observadores sostienen que cuanto más alcance tengan sus negocios, más limitaciones debería tener en su cargo la hija del presidente. Por ejemplo en el caso de China, cualquier modificación en las políticas comerciales de Trump hacia ese país que modifiquen, por ejemplo, la apreciación de la moneda podrían generar automáticamente conflictos éticos con los negocios de Ivanka allí.

"Ivanka no va a influir en la estrategia comercial, las cuestiones de marketing o los términos comerciales de los acuerdos", dijo su abogado, Jamie Gorelick, en un comunicado a la agencia.

Para no enfrentar dilemas, la hija del presidente pasó los activos de su marca a un fideicomiso familiar multimillonario y se comprometió a recusarse de los temas que presentan conflictos. Además, cedió la dirección de su negocio de diseño a Abigail Klem, la presidenta de la marca.

Además, también buscó evitar las críticas por la informalidad de estar presente en reuniones oficiales de la Casa Blanca sin tener un puesto allí y tomó un cargo federal con el título de 'asistente especial' del presidente.

"Ivanka tiene muchos lazos y conflictos en China, aún así ella y Jared parecen estar profundamente involucrados en los contactos y la política de China. (Yo) nunca lo hubiera permitido", dijo a la agencia, Norman Eisen, quien fue el principal abogado de ética de la Casa Blanca en la presidencia de Barack Obama.