Las bailarinas (de ballet clásico, de danza contemporánea, de cualquier estilo) son seres casi mágicos para mi. Es cierto que son seres humanos como todos nosotros, sin embargo tienen una cualidad particular: hablan otro lenguaje. Y no me refiero a otro idioma, sino que son capaces de expresar sus emociones, sentimientos, personalidad, quienes son a través del movimiento de sus cuerpos. Hermoso, ¿no creen?. Tengo muchas amigas bailarinas, pero hablando con una de ellas recordé esta forma de arte y pensé en la maravilla de conjugar los tatuajes con la danza, así que encontré unos cuantos diseños que hoy comparto con ustedes.

El pasado 8 de marzo se celebró el Día Internacional de la Mujer. En diversos países se celebró con grandes manifestaciones y actos en los que se conmemora la lucha femenina por su participación en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona. Soy una Riot Grrrl de corazón, y es por eso que me identifico un poco con el movimiento feminista y me enorgullece saber que un día como este no pasa desapercibido alrededor del mundo.

Ingresar al mágico y misterioso mundo de Luis Royo implica enfrentarse a ejércitos de hermosas y sensuales mujeres, misteriosas y fantásticas criaturas que se debaten entre lo terrenal y lo mágico. Atrévete a sumergirte en el maravilloso imaginario de este ilustrador español.

Los tatuajes para las mujeres no tienen que ser nada limitados a las flores y las mariposas, ambos motivos que muchas chicas deciden ponerse en la piel. Al contrario, mientras más única sea tu opción mejor y hay muchas cosas más que escoger que también pueden ser muy femeninas y salirse del molde típico.

Todo el mundo se ha comido un polo, esos helados también llamados “paletas de agua” que son muy refrescantes, hecho con agua, colorante, algún sabor y azúcar, puesto en un palito de madera para sostener y que es de forma alargada. Son deliciosos y para los días de calor son perfectos.

Los tatuajes en la parte baja de la espalda, o como los llaman en inglés “tramp stamps” (el sello de una fulana) se comenzaron a ver a finales de los 90’s y se les llama de esta forma porque los relacionan con mujeres que son promiscuas o “fulanas”. Los más comunes son los tribales porque son perfectos para usar el ancho de ese espacio.