Luego de los primeros niveles uno de los poroblemas más difíciles que todo entrenador enfrenta es la escasez de pokébolas.

Como todo juego masivo, Pokémon GO vive un proceso de continuas y constantes modificaciones, reflejadas a través de sus recurrentes actualizaciones. Los desarrolladores buscan perfeccionar los elementos negativos que ni siquiera los beta tester pudieron encontrar, elementos que solo nacen y crecen cuando el juego llega al público.

Una profesora de Rosario, Argentina, decidió sumarse al furor de Pokémon Go que rodeaba a sus alumnos y llevó el fanatismo a sus lecciones de biología. ¿Cómo? Para un examen de genética, Marisol decidió tomar las preguntas usando de ejemplo a distintos Pokémones.

Como pudimos conocer hace algunas semanas, la séptima generación de Pokémon nos presentará algo que, hasta el momento, jamás habíamos visto: la «Alola form».

En Pokémon GO, durante los niveles bajos y medios, lo más importante es la captura; y nuestra mente está concentrada en un solo objetivo: conseguir mejores Pokémon. Por eso nos emocionamos tanto cuando encontramos un Pokémon con buen CP, porque creemos que, efectivamente, ya nadie nos podrá derrotar. Invertimos enormes cantidades de polvos estelares y caramelos para que nuestro Pokémon crezca sano y fuerte... pero, quizá, no estemos haciendo lo correcto.

Seamos sinceros, todos hemos encontrado algún gimnasio custodiado por un Dragonite de 3500 CP, perteneciente a un entrenador nivel 29; algo posible, pero no si comenzaste a jugar cuando la aplicación fue lanzada oficialmente... es "físicamente" imposible.