A Luis Miguel no le importa nada (ni él mismo)
Sus fans le perdonan todo a Luis Miguel: que no pague impuestos, que cancele conciertos, que no reconozca a sus hijos. ¿Por qué en un país lleno de ídolos populares —encabezados por El Santo, Pedro Infante o Mario Moreno “Cantinflas”—, un mirrey de sonrisa blanquísima se erigió emperador?