En Nueva York, la última extensión de metro demoró décadas y costo miles de millones. Pero el problema es nacional: casi todos los proyectos ferroviarios urbanos en EEUU terminan siendo más caros que en Europa.
La inversión de 1,600 millones de dólares dará más espacio y luminosidad a la deprimente estación, pero dejará muchos asuntos fundamentales sin resolver.