Audías Ramírez, de 50 años, entró a nadar a un lago en Petén, Guatemala, cuando fue sorprendido por un cocodrilo que le arrancó uno de sus brazos. Aunque asegura que sabía de la presencia de estos animales en el agua, entró confiado porque siempre huían al notar que había humanos.
Te recomendamos: Un abuelo hispano muere tras ser atacado por un cerdo: vecinos no lograron quitárselo de encima.