Ramona Cruz, una abuela hispana de 76 años, está a punto de quedarse en la calle después de que una inmobiliaria reclamara el terreno en el que ha vivido toda su familia en Puerto Rico. Según cuenta, su padre recibió las tierras como pago por su trabajo; sin embargo, el supuesto trato se hizo de manera verbal y por eso el Tribunal Supremo de la isla falló a favor de los empresarios.
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