Mientras esperan que les sea autorizado el paso a Estados Unidos para presentar su solicitud de asilo, decenas de familias migrantes sufren los efectos del intenso calor que se vive en algunos albergues de Reynosa, en el estado de Tamaulipas, México, en los que las temperaturas superan los 90 grados Fahrenheit. Aunque se refugian en carpas, algunos padres cuentan que sus hijos han tenido sangrados en la nariz, vómitos e incluso desmayos. Más información en
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