Desde el pasado 11 de enero entraron en vigor diversos cambios en leyes migratorias mexicanas que impiden deportar a familias migrantes hasta que se pueda garantizar que sus vidas no corren peligro, proceso que podría tomar meses. Decenas de personas, sin poder ir a los albergues que permanecen abarrotados o emprender camino a otro lugar, se ven obligados a quedarse en las calles a la espera de una ayuda o solución.
Más noticias aquí.