El presidente Donald Trump autorizó el envío de 300 miembros de la
Guardia Nacional a Chicago. Tanto el alcalde Brandon Johnson como el gobernador de Illinois, JB Pritzker, rechazaron la medida, asegurando que la ciudad ha logrado reducir el crimen en los últimos años y acusando al gobierno federal de querer generar caos con el despliegue militar.
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