La familia Lejarazu asegura comenzó el negocio de las piñatas en Austin, Texas, con un dólar, pero con tiempo y dedicación ha mantenido el crecimiento. Algunos problemas económicos durante la pandemia del coronavirus los hizo cerrar su local y trabajar desde la casa, pero sin bajar la guardia. Ahora esperan poder arreglar su estatus migratorio en Estados Unidos.
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