El joven guatemalteco Diego Mata cruzó la frontera el pasado mes de abril cuando tenía 17 años con el fin de reencontrarse con su madre, quien llegó a EEUU cuando él era un bebé. Meses después, el inmigrante cumplió 18 años y ahora trabaja lavando autos en Washington y, según cuenta, está contento, aprovechando el tiempo junto a su mamá, haciendo planes para ir a una escuela para adultos y viviendo el sueño americano.
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