"Es difícil conseguir la comida y el combustible", dijo María Mendoza, afectada por el huracán Ida y quien intenta adquirir víveres en una de las largas filas que se han vuelto comunes en muchas ciudades en el sureste de Louisiana. Muchas familias padecen los estragos de las altas temperaturas, pues no pueden usar sus aires acondicionados debido a la falta de energía eléctrica.
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