Desde el 2013, trabajadores del Museo Conmemorativo al 9/11 en Nueva York se dieron a la tarea de honrar a las víctimas poniéndoles una rosa blanca sobre sus nombres el día de su cumpleaños. Es tan significativa esta tradición que, incluso durante el cierre debido a la pandemia del coronavirus, el monumento se mantuvo lleno de flores.
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