Tras contraer el virus, María Peralta pasó dos meses entre cuatro paredes y con una estricta rutina para no afectar al resto de sus seres queridos con quienes comparte su modesto hogar, que solo cuenta con dos habitaciones, en Nueva York. Ahora, tras superar su crisis de salud, esta valiente mujer le envía un mensaje a las personas de su comunidad para que entiendan que, cuando se cumple el aislamiento, los riesgos de propagar la enfermedad son mínimos.
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