Durante la ceremonia de coronación de Carlos III, el objeto que se llevará todas las miradas es la corona de San Eduardo. Esta es la joya de mayor poder dentro de la realeza y solo será usada el 6 de mayo, después será reemplazada por una más liviana. La pieza cuenta con 444 piedras preciosas, tiene 30 centímetros de altura, pesa casi 5 libras y se ha convertido en símbolo nacional desde 1937.
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