El nuncio apostólico Franco Coppola visitó uno de los pueblos de Michoacán más afectados por los cárteles del narcotráfico y desde allí aseguró que la iglesia “no se puede meter en la guerra”, pero sí está en la capacidad de acompañar y orar por quienes la padecen para darles esperanza en medio de los tiempos difíciles.
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