El jefe de la policía de San Francisco, Bill Scott, dijo que se necesitan al menos unos 400 agentes más para poder tener mayor personal de seguridad en las áreas de alto crimen. Según las autoridades, en algunas ocasiones los ladrones calculan el valor de los artículos que se están robando para asegurarse de que esté por debajo del límite que lo convertiría en un delito grave, pues si es un delito menor la policía no puede intervenir.
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