Debido a las continuas restricciones de viajes que se han impuesto en las ciudades fronterizas, muchos establecimientos están sufrido una notoria baja en sus ventas por la falta de clientes. Sin embargo, algunos comerciantes se las han ingeniado para entregar sus productos al por mayor o hacer pequeños envíos mediante personas que continuamente pueden pasar de un país a otro sin problema alguno.
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