El exagente de la DEA José Irizarry, sentenciado a 12 años de prisión por lavado de dinero y fraude bancario, contó a la agencia AP cómo desvió millones de dólares de operaciones antinarcóticos. "Era primero la fiesta y luego el trabajo. La única forma de hacer nuestro trabajo era tener informantes y los buenos informantes juegan de ambos lados", confesó. El hombre dijo a las autoridades que no actuaba solo e implicó a decenas de personas, entre las que están agentes federales y fiscales.
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