La compañía recicladora de baterías emitió plomo y otros químicos considerados peligrosos sobre decenas de comunidades al este de Los Ángeles y ahora busca abandonar la planta sin terminar con las labores de limpieza. Líderes políticos y activistas argumentan que muchas personas han sufrido afectaciones en la salud por las labores que la empresa desarrolló en la ciudad durante décadas, por lo cual creen que esto no puede quedar así.
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