Si bien las estadísticas de contagio en China no son tan alarmantes como en los picos más altos de la pandemia, autoridades han ordenado cuarentenas masivas con el fin de frenar drásticamente la amenaza de ómicron. Esta decisión afecta directamente los tiempos en los canales de distribución logística de oriente y occidente, ya que en el gigante asiático se fabrica un tercio de todo lo que se consume en el mundo.
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