Una de las zonas dominicanas más afectadas fue la provincia de Hato Mayor, donde muchos habitantes perdieron sus pertenencias y tuvieron que subir a los techos para protegerse de las inundaciones que cubrieron las viviendas. Más de 130 localidades permanecen incomunicadas por el desbordamiento de ríos y en las calles se ve la devastación que dejó el fenómeno. En Puerto Rico la situación es similar.
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