Sus seres queridos, quienes se encuentran en Tabasco, afirman que Miguel desapareció en el 2015 y que las autoridades les entregaron en ese entonces un cadáver, el cual enterraron y creyeron que era el de su familiar, pero luego del trágico accidente supieron que él no estaba muerto y que vivía en condición de desamparado debajo de la estructura del metro.
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