Algunas clínicas comunitarias que ofrecen atención a pacientes de bajos recursos y sin seguro están atravesando una crisis. “Nuestro reto es retener a trabajadores y emplear a gente buena porque debemos competir con compañías grandes y privadas y no les podemos pagar salarios altos”, dijo Carlos Vaquerano, director de la clínica Romero. Cabe señalar que más del 70% de las personas que acuden a estos centros son latinas, quienes corren el riesgo de quedarse sin ayuda médica.
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