"Si no te gusta, no me lo pagas", es la frase que usa un vendedor de tamales mientras entrega comida a agentes de Inmigración a través de un barrote del muro ubicado en Baja California. La venta en esa zona es diaria y va desde artesanías hasta comida, y el personal de la Patrulla Fronteriza hace parte de los clientes más usuales.
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