Luego de que se enteraran de que habían ganado casi un millón de dólares como parte de los premios de la rifa del avión presidencial, la suerte parecía sonreírle a quienes administran un pequeño jardín para niños indígenas en Chiapas. Sin embargo, tras un año de ese sonado sorteo, solo les entregaron una mínima parte del dinero prometido, que poco ha servido para mejorar las condiciones en las que deben estudiar los menores.
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