A partir del próximo 2 de agosto los empleados públicos de la Gran Manzana deberán estar vacunados o de lo contrario tendrán que portar mascarillas en sus sitios de trabajo y presentar una prueba negativa de coronavirus semanalmente para no exponerse a sanciones. Esta orden del alcalde Bill De Blasio ha generado el rechazo de distintos líderes sindicales, quienes argumentan que “no se pueden ignorar las libertades civiles de la fuerza laboral”.
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