El dueño de un bar, ubicado al frente de la oficina de inmigración en esta ciudad, decidió abrir las puertas de su negocio para albergar a las personas que dormían en la calle y con frío esperando para realizar sus trámites. Familias enteras han adecuado este espacio para vivir y agradecen la oportunidad de tener un techo mientras solucionan su situación migratoria. Muchos mantienen la ilusión de llegar a Estados Unidos.
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