"Tener que dejarlos para hacer algo que yo puedo hacer desde la casa es muy fuerte", dice la profesora de secundaria Karen Rodríguez, quien deja a sus hijos en una guardería para ir a la escuela donde trabaja a dar sus clases por internet. A pesar de los esfuerzos cree que los estudiantes no están recibiendo la educación que merecen. "Son muchas emociones y contradicciones", señala.
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