La decisión afecta a ciudadanos de El Salvador, Haití, Nicaragua y Sudán que se benefician del programa y que ahora quedan en riesgo de ser deportados. Además, los permisos de trabajo de estas personas, que expiren a partir del próximo 5 de enero, no podrán ser renovados. "El impacto más grande es que no podrán renovar ni la licencia de conducir ni el permiso de trabajo", explica Wilfredo Allen, abogado de inmigración.
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