Rocío Camacho llegó a Estados Unidos como inmigrante indocumentada y con dos hijas pequeñas. Con 19 años y buscando ganarse la vida, encontró en la cocina una vía de escape. Sin embargo, por el hecho de ser una mujer oaxaqueña sufrió discriminación por parte de sus jefes, pero su persistencia y talento la convirtieron en 'la diosa de los moles'.
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