San Francisco, Denver, Nueva York y otras ciudades santuario se han convertido en el blanco del servicio de Inmigración, que en tan solo una semana detuvo a por lo menos 170 indocumentados, pese a que en los centros de detención hay numerosos casos de coronavirus. Por su parte, la agencia aseguró que muchos de los detenidos tienen antecedentes penales y que está "protegiendo comunidades sacando criminales de las calles".
Más información aquí.