Los activistas han realizado la caminata por 15 años consecutivos y aseguran que la situación en la frontera no ha cambiado. Durante el recorrido, uno a uno son nombrados los inmigrantes que murieron en la frontera y sus nombres están plasmados en cruces blancas que portan los participantes. Han recorrido el desierto de Arizona por siete días bajo temperaturas que superan los 100 grados Fahrenheit.