Las autoridades reportan que aumentó a 23 el número de muertes relacionadas con el paso del huracán Beryl en Texas y que la mitad de ellas se le atribuyen al calor extremo y la suspensión del servicio de electricidad provocada por el azote de la tormenta. Las altas temperaturas y la falta de energía y aire acondicionado han creado condiciones peligrosas sobre todo para los más vulnerables.
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