Mientras algunas personas deciden regresar a sus países de origen, otras optan por permanecer con temor e incertidumbre en un campamento improvisado ubicado en una plaza pública de Reynosa, en Tamaulipas, México, un área azotada por la violencia y en donde recientemente 19 personas murieron en medio de un ataque. “No podemos volver porque nos ubican las pandillas”, dice Herson, quien debió salir de Guatemala tras varias amenazas.
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