Hombres vestidos de negro y con el rostro cubierto se han encargado de sembrar el terror en los viajeros que transitan entre ambos países. Investigadores afirman que los sospechosos, en algunas ocasiones, detienen los vehículos y bajo amenazas llegan a cobrar dinero para permitir el paso. Ante esto, el gobierno de Estados Unidos ha prendido las alarmas y reitera el pedido a no realizar trayectos por carretera en esa zona.
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