Solo falta la firma del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, para que en el estado se conviertan en delito amenazar a los indocumentados con llamar a Inmigración. "Puede llevar hasta la cárcel o penalidad económica", precisó la asambleísta estatal Catalina Cruz. La medida tendría como efecto colateral evitar el robo de salarios a los inmigrantes.
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