El Departamento de Seguridad Nacional hizo este anuncio asegurando que así "se reforzará la habilidad para documentar y revisar los encuentros y uso de la fuerza, así como investigar acusaciones de mala conducta" contra el personal de la Patrulla Fronteriza. Defensores de la comunidad inmigrante en EEUU celebran la decisión, aunque advierten que se deben hacer controles continuos para verificar que los uniformados sí están prendiendo sus cámaras.
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